La marca Fonty se consagra con la última fase de su
reinvención en Fonty Bistró, un restaurante moderno con carta viajera, de
calidad y sobretodo enfocado en servir platos para compartir en un ambiente
moderno y afable.
El concepto de Fonty Bistró se inició hace casi un
año en su segundo local de la Calle Juan Bravo No. 41, donde la chef y propietaria
Marie Valdez demostró que es capaz de sacar adelante un servicio de cenas y comidas como complemento de su exitoso brunch y de su cuidado Menú del Día.
Toda esta oferta salada se suma a la afamada pastelería francesa de Marie, que
ha llevado a Fonty a ser incluido entre los nombres de referencia de Madrid y
de España.
La nueva carta que se ofrece ahora en ambos locales,
Castelló 12 y Juan Bravo 41, tiene matices latinoamericanos, asiáticos y
mediterráneos. Ceviches, tartares, tacos gourmet, baos, risottos, hamburguesas
artesanas y pisco sour son la esencia de una nueva carta
atrevida, fresca, y hecha para compartir. La misma estará disponible todos los jueves, viernes y sábados
de 21 a 00 horas.
Los
renovados espacios de Fonty Bistró (Castelló 12 y Juan Bravo 41) son
ahora un espacio donde el paisaje entabla una conversación con foodies y
comensales a través de distintos momentos del día, pero sobre todo de la noche.
Un lugar donde todo responde a la exigencia y el objetivo de generar sensaciones
que evoquen emociones a través de un viaje culinario sin salir del Barrio de
Salamanca.
La
nueva carta de cenas de Fonty Bistró representa una cocina de cocinas adaptada
a una tradición muy española: el tapeo. Una versión
madrileña de movimientos culinarios en plena tendencia como son la gastronomía
peruana, la del sudeste asiático y la mediterránea. Todos y cada uno
de sus nuevos platos comparten una filosofía: la utilización de materias primas
de excelente calidad, una cocina fresca y natural elaborada con mimo, sin
perder la esencia de la cocina tradicional de cada territorio, pero siempre con
un aire de modernidad.
Marie
Valdez, chef y alma mater de los restaurantes
Fonty Bistró, reedita los platos de moda en el con un toque personal,
actual y muy femenino. En su recetario se mezcla el miso rojo con marisco
y arroz arbóreo en una propuesta de risotto nikkei (peruano-japonés), y
la leche de tigre (crema de lima y ají amarillo) con salmón noruego para crear
un ceviche con aires nórdicos; asimismo, adoban una aguja de cerdo en tres chiles mexicanos para
presentar un taco de cochinita que se deshace en la boca luego de una cocción
muy prolongada. Junto a estos entrantes puramente latinoamericanos, conviven
platos como el bao de panceta estilo Hong Kong horneado con anís y diversas
especias orientales, los refrescantes rollitos fríos vietnamitas de camarones
con hierbabuena, cilantro y albahaca y un cremoso curry rojo tailandés de
langostinos y tirabeques.
Con
la vocación por los ingredientes mediterráneos como uno de sus
principales pilares, propone un tartare de atún rojo sobre aguacate con vinagreta
cítrica japonesa, un secreto ibérico en crema de pimienta (au poivre), unos huevos poché con setas frescas
cubiertos de salsa Mornay trufada (trufas, bechamel y queso), un pulpo a la
parrilla marinado en salsa japonesa, chipirones salteados con tostas de pan de campaña
y aceitunas Kalamata.
Y
finalmente, para los amantes de la carne, Fonty Bistró prepara unas deliciosas hamburguesas
artesanas con carne de La Finca Jiménez Barbero, que huyen de mezclas
sofisticadas, rindiendo culto a la estética de los sabores en dos tipos de hamburguesas:
una a base de cebolla caramelizada, champiñones salteados y queso Gruyere, y
otra puramente americana con bacon, queso Cheddar, huevo frito y salsa
barbacoa. En Fonty Bistró siguen la fórmula secreta de comprar la carne y
molerla ellos mismos. Las hamburguesas se sirven en un brioche casero con semillas de sésamo y amapola hecho en el obrador
de Fonty Bistró.
La
misma exigencia llevada a cabo tras los fogones, se repite en la decoración de
ambos locales. Llaman la atención las lámparas suspendidas de sus altos techos,
el tapiz de losas marroquíes del suelo, la tapicería en azul turquesa y las
barras de piedra que contrastan con los tonos oscuros del hormigón pulido. Son
ambientes vanguardistas y sofisticados, que destacan por su fuerte personalidad
y estilo industrial actualizado.
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