Rib Pestana, el renacer de la Casa de la Carnicería

Durante muchos años la “Casa de la Carnicería” en la popular plaza Mayor de Madrid, hogar del gremio de carniceros, fue el principal proveedor de carne de la ciudad, cuando Madrid se convirtió en la capital del reino y en sus alrededores se elaboraban de manera sostenible los productos más exquisitos. A pocos kilómetros de distancia, la Sierra de Guadarrama era la cuna de importantes fincas y, en la actualidad, sigue siendo una de las zonas de producción ganadera autóctona más importantes de España, con su propia denominación de origen.


El restaurante RIB Beef and Wine recupera ahora este lugar único para devolverle a Madrid las exclusivas carnes de granjas ecológicas, servidas directamente en la mesa. Especializado en cortes de vacuno, el RIB Casa de la Carnicería es un referente para los verdaderos amantes de la carne y promete convertirse en el ‘place to be’ culinario de la ciudad.

Con acceso directo desde la calle Imperial, el restaurante está emplazado en el patio interior, antes aparcamiento de camiones de bomberos y hoy, auténtico protagonista del edificio. El suelo del patio está revestido con la emblemática calçada portuguesa que forma, en tonos blancos y negros, figuras geométricas; a su vez, cuatro laureles de indias, tiestos de barro hechos a mano sembrados de plantas diversas, una celosía de hiedra bajo su cubierta acristalada y mobiliario de roble, latón y piel, completan el lugar que tiene capacidad para 80 comensales y que está iluminado mediante catenarias a modo de verbena.

El concepto Beef and Wine nació de la mano de la marca Pestana en Oporto. Su carta en la versión madrileña, con carnes del mejor corte y origen como protagonistas, tiene como objetivo salirse de la norma y sorprender a quienes la degusten. A partir de materias primas cuidadosamente seleccionadas, ofrece una experiencia única a sus comensales, pensada hasta el más mínimo detalle.


Platos estrella como la RiBurguer, hamburguesa de vaca vieja, cebolla caramelizada, queso de Tetilla y panceta o sus embutidos de vaca, su cecina curada durante 48 meses o cualquiera de sus cortes de carne (Tomahawk, Chateaubriand, Rib Eye, entre otros), pueden saborearse en un espacio tranquilo y cosmopolita.


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