LA SENCILLEZ EN LA ALTA COCINA

A menudo pensamos que los restaurantes de más alto nivel, los cocineros con estrellas Michelín, basan su éxito en cocinas complejas, en platos sofisticadísimos y que sus lugares de trabajo se asemejan más a laboratorios que a fogones. Es verdad que los avances técnicos han supuesto un plus en el mundo de la gastronomía, pero también lo es que cuando hablas relajadamente con muchos de ellos siguen dando un valor preminente a la calidad de la materia prima, a la cocina más tradicional y clásica (difícil entender la vanguardia sin una sólida base en la tradición), a la importancia del trabajo en equipo y al constante aprendizaje.

El otro día tuve ocasión de ver un vídeo en el que el chef Diego Guerrero (confieso que es uno de mis chefs favoritos) colabora con una pareja en la confección de un menú casero. Aunque en realidad se trata de un vídeo en colaboración con Cepsa , me sirvió para reflexionar con posterioridad sobre el tema. No es tan diferente lo que expresa el vídeo de lo que hay de fondo en una cocina de alto nivel.



La eficiencia o esa necesidad de adaptarse a un presupuesto determinado, ya sea en la relación de costes de un restaurante o en la economía doméstica, la necesidad del trabajo en equipo  (cocinar en compañía es mucho más divertido y en un restaurante además es imprescindible), ese deseo permanente de aprender (esto no únicamente en gastronomía sino en cualquier faceta de la vida) y el respeto por la tradición entendiendo que la cocina puede ser lo creativa e innovadora que se desee, pero teniendo siempre como fundamento el trabajo bien hecho y las recetas más clásicas. Por poner un ejemplo, es encomiable una esferificación de lentejas, pero antes de esferificar hay que haber cocinado unas lentejas clásicas de máxima calidad.


Por eso ese vídeo que hoy comparto es esta pequeña reflexión me ha parecido de lo más acertado. Porque todos vivimos a mil por hora de una u otra forma, porque mucho más a menudo de lo que pensamos terminamos a última hora de la tarde comprando unas cuantas cosas en el Carrefour Express de la estación de servicio  Cepsa  donde hemos parado un momento para repostar gasolina en nuestro coche y porque al final terminamos haciendo en casa nuestra pequeña cena siguiendo casi al pie de la letra esos parámetros que os comentaba hace un momento.

Y es que al final la alta cocina está mucho más cerca de nuestro día a día de lo que imaginamos y hay ciertos valores que son -o deberían ser- aplicables en cualquier momento de nuestras vidas.

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