Mariuca Pozuelo, cocina tradicional con cariño

Pocas dudas hay de que la tendencia gastronómica actualmente se encamina hacia una etapa en la que ,superada la técnica y la innovación, se apuesta -nuevamente, no estamos inventando nada, sencillamente recuperando- por el producto y eso que algunos han llamado "cocina honesta" refiriéndose a que en ella lo que predomina es precisamente la exaltación de la materia prima.


Recientemente he conocido Mariuca, un nuevo restaurante en Pozuelo de Alarcón que es un palpable ejemplo de la afirmación anterior. Distribuido en dos zonas, una primera de barra y mesas altas con carta específica de raciones y otra de sala propiamente dicha (con climatología benigna hay además una agradable terraza en calle peatonal), Mariuca propone una oferta en la que la materia prima reina por encima de todo.

Mariuca es el segundo proyecto del empresario hostelero Luis Moreno que cuenta con otro restaurante, Casilda, en la localidad de Valdemoro con siete años de antigüedad.


 Jamones y embutidos seleccionados de los mejores proveedores, anchoas de La Machina de Santoña, mariscos y pescados recibidos de las mejores lonjas... todo en Mariuca se dirige a ofrecer platos aparentemente sencillos pero en los que el resultado es plenamente satisfactorio. Excelente producto y ejecuciones certeras, tan simple y a la vez tan complicado.

Al frente de sus fogones Manuel Vera, un chef con una dilatada experiencia presenta una carta lo suficientemente amplia para agradar a cualquier paladar. Entre sus entrantes , además de los ya mencionados,destacan una impecable ensaladilla rusa, los callos a la madrileña, unas magníficas gambas estilo Mariuca o las almejas finas al horno con ajos confitados.



En el apartado marino, reseñables los chipirones "a lo Pelayo", el atún rojo a su estilo (consistente en un tataki servido sobre una sabrosa salsa de tomate y cebolla), la lubina a la sal o el bacalao que en Mariuca preparan de diversas formas.


Entre sus carnes, rabo de toro a la cordobesa (sensacional), perdiz en escabeche (ya es hora de que se reivindique esta tradicional forma de cocina que poco a poco va abriéndose paso en las cartas) o chuletón de rubia gallega. Como ven, todo tan reconocible como apetecible.

Arroces y asados por encargo completan su propuesta gastronómica. Los postres, siguiendo la estela, se componen de una selección de tartas caseras entre las que destacan la de zanahoria y el pastel de chocolate.

En sala continúa el hilo conductor. Clasicismo, mesas amplias, mantelería elegante y servicio canónico dirigido por el experimentado Abdul Ahbetiyun melillense afincado en Madrid que consigue que el cliente se sienta como en casa, cuidando al milímetro cada detalle para que la satisfacción sea plena.



Bodega razonablemente amplia con más de 50 referencias que se tarifan a precios relajados y una buena selección de destilados redondean la oferta de un restaurante con na excelente relación precio calidad y que merece la pena conocer.






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