Sagardi, esencia vasca en la Castellana

Veinticinco años han transcurrido desde que los hermanos López de Viñaspre inaugurasen su primer restaurante , Irati Taberna Basca en la Ciudad Condal. Irati fue el germen de los posteriores Sagardi Cocineros Vascos y posteriormente de Grupo SagardiDesde entonces el grupo no ha parado de crecer. Con más de 30 establecimientos en importantes ciudades españolas como Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o Ibiza, así como a nivel internacional, como en Oporto, donde el grupo inauguró el pasado mes de octubre otro restaurante, e incluso en Buenos Aires, Ciudad de México y Londres. Además, el grupo abrirá, próximamente, Sagardi Amsterdam, su primer restaurante en los Países Bajos. 


Acorde a la filosofía del Grupo, Sagardi Castellana ofrece lo mejor de la esencia gastronómica vasca manteniéndose siempre fiel a sus raíces. Con un ambiente agradable y relajado, el establecimiento consigue reunir en sus mesas lo mejor de sus tierras, gracias a su relación directa con proveedores vascos.

Pintxos -los obligatorios pintxos-, pescados de las mejores lonjas vascas (incluso directamente de pescadores con los que han llegado a acuerdos comerciales) y evidentemente su imperdonable txuletón, santo y seña de la casa, que sigue provocando las delicias de su nutrida clientela. 

Con el objetivo de ofrecer siempre el mejor producto, más fresco y de temporada, el restaurante adapta su carta a cada estación del añoAsí, durante la primavera de puede degustar el marmitako preparado al estilo de los arrantzales vascos, los espárragos de Tudela o los guisantes acompañados de habas, alcachofas y acelgas, entre otros platos. En cambio, en invierno, el plato estrella es el txuletón de vaca vieja a la parrilla acompañado de las famosas alubias de Tolosa y los pimientos del piquillo asados y pelados a mano. 


Cada año, coincidiendo con el inicio de la temporada de invierno, el grupo rinde homenaje a la mejor carne y celebra sus famosas jornadas gastronómicas del txuletón que cuentan cada vez con más adeptos entre el público madrileño.


Sin duda uno de esos lugares que uno no se cansa de visitar. La fórmula es tan sencilla como compleja. Materia prima de primera, parrilla y buen hacer. Aparentemente tan fácil, en la práctica está claro que esconde su secreto. Muy recomendable.



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