En el siglo XII un grupo de monjes cartujanos se
establecieron a los pies de la Sierra del Montsant. Ahora sobre la antigua
granja del monasterio, y tras una profunda rehabilitación que ha durado más de
dos años, se ubica el boutique hotel Terra Dominicata. Perteneciente a la
exclusiva colección de hoteles Small
Luxury Hotels of the World, el hotel incluye su propia bodega de vinos y
ofrece una estancia única en un paraje excepcional.
Terra
Dominicata cuenta con tan solo 26 habitaciones
y ni una sola televisión, para centrarse en las más de 135 hectáreas de
naturaleza que lo rodean y que forman parte del Parque Natural del
Montsant para que los huéspedes puedan sumergirse en el paisaje, el silencio y la
deliciosa gastronomía de esta comarca catalana.
El proyecto del hotel, dirigido por la arquitecta
María Vives y por la interiorista Verónica Cruz, ha respetado al máximo la
construcción existente. En los ambientes interiores de la masía predomina una
paleta de colores tierra contrastada con pinceladas de negro en algunos
detalles. El mobiliario, la iluminación y los complementos, logran el
equilibrio entre el encanto de un ambiente rural y el diseño de un hotel
exclusivo.
El hotel cuenta con un restaurante gastronómico, Alma Mater, liderado por el chef
Mattia Turchet, que propone una carta basada en la naturalidad y protagonizada
por los productos de proximidad y de temporada. El chef reinterpreta recetas clásicas
demostrando su creatividad y con platos con una presentación de altura. Además,
los huéspedes pueden apuntarse a talleres de cocina para descubrir la
gastronomía y los productos de la zona en profundidad.
La bodega del restaurante cuenta con casi trescientas
referencias diferentes de vinos del Priorat y Montsant, para que los clientes
puedan descubrir el valor de las vides de esta zona. La propia bodega del
hotel, también llamada Terra Dominicata, elaboran dos vinos DOQ Priorat, Domus
Aquilae y Sui Generis con la propia producción de uva de las 15 hectáreas de
viñedo con las que cuenta la propiedad. Tanto los huéspedes con otros
visitantes pueden aprender de primera mano cómo se elaboran los vinos y disfrutar
de una cata de los mejores vinos de la comarca.
En el exterior, Terra Dominicata cuenta con amplios
espacios ajardinados con una gran terraza con vistas a los viñedos, piscina y
un helipuerto privado. Los huéspedes tienen a su disposición bicicletas
eléctricas para pasear por los alrededores o pueden elegir descubrir el entorno
a caballo.
Un nuevo destino imprescindible para los amantes
del vino y para cualquier viajero en busca de tranquilidad y alta gastronomía.
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