IKIGAI, LA FILOSOFÍA JAPONESA DE LA FELICIDAD HABITA JUNTO A LA GRAN VÍA


Ikigai es un término de origen japonés que no tiene una traducción exacta al español, aunque se le atribuye un significado sumamente especial: “Tener una razón para vivir”. El término hace referencia a nuestra razón de vivir, aquello que da significado a nuestra vida, algo por lo que merece la pena vivir y nos hace estar plenamente satisfechos y felices con la dirección que tomamos en cada momento.


Esta filosofía y forma de vida es la que comparte el chef Yong Wu Nagahira y la que se disfruta en su propuesta de Ikigai, que es también como se denomina su restaurante situado junto a la Gran Vía madrileña.


Por su situación podría parecer que se trata de cualquier asiático sin más importancia de los que ocupan todas esas callejas, pero no se confundan; la cocina de Yong Wu es tan atractiva y auténtica como la formación del chef que con tan sólo 29 años ofrece una propuesta verdaderamente atractiva en la que nada se deja al azar.


El secreto de su cocina se basa en dos pilares, respeto absoluto a las técnicas japonesas, pero utilizando fundamentalmente producto nacional. El binomio -se lo aseguro- funciona a la perfección.


Delicioso el tartar de toro con huevo de codorniz y trufa de verano (que en temporada se acompaña con oricio), sorprendente y resultona la gyoza de sobrasada y sublime un magnífico chawanmushi (plato que asemeja a unas natillas muy popular en la cocina nipona) que el chef adereza con caldo dashi de jamón, shitake, foie y cebollino. Si van, no se lo pierdan.

La parte de sushi mantiene con facilidad el nivel y el desfile de nigiris que probamos en nuestra visita confirma el magnífico nivel que en todo momento demuestra Yong Wu Nagahira. El gunkan de salmón con huevo de codorniz y el nigiri de sardina marinada con tapenade (que evoca ese típico sabor de los boquerones en vinagre con aceitunas tan típicos en cualquier taberna madrileña) son sensacionales.


Como postre y manteniendo el sobresaliente un magnífico mochi de té verde tempurizado con polvo de sésamo. Delicioso.

Apunten el nombre del chef porque es interesante seguir su evolución. Aquí hay mucho talento.




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