Nuevo Gerardo, la renovación de un clásico

Hablar del Grupo Oter es hablar siempre de uno de esos grupos que nunca defrauda. Cocina clásica, materia prima de calidad y elaboraciones simples y efectivas son a la larga garantía de éxito. En estos tiempos en los que las cartas prácticamente se clonan y en los que la mediocridad se ha instalado en buena parte de esos locales denominados "de postureo", encontrar restaurantes en los que sobre todo "se coma bien" es cuando menos reconfortante.


Fundado hace más de cuarenta años por Gerardo Oter son actualmente 24 los restaurantes que conforman el Grupo que da trabajo a más de 500 personas. Cada uno de los restaurantes tiene sus particularidades y especialidades, pero siendo justo hay que reconocer ese buen hacer que les lleva a mantenerse en la cresta de la ola del complicado panorama gastronómico madrileño.

Gerardo -ahora Nuevo Gerardo- es uno de los restaurantes más clásicos del grupo. Especializado sobre todo en arroces , algo complicado en Madrid, Nuevo Gerardo ofrece al comensal una de esas cartas en las que hay poca sorpresa pero nunca decepcionan. Mariscos de muy buena calidad, carnes y pescados con un nivel evidente, arroces en un perfecto punto... platos de ejecución perfecta en los que sobre todo se resalta la calidad del producto sin disfraces ni artificios. Después de una profunda renovación estética que le ha dado un aspecto mucho más actual y acogedor y en la que predominan los toques vanguardistas y marineros muy en consonancia con lo que allí se sirve cada día.


Llegan así a la mesa unas magníficas flores de alcachofa a la plancha en un punto exquisito y en las que es fácil adivinar que nos encontramos en plena temporada de una verdura que gana adeptos cada día. Perfecto el pulpo a la gallega, cocido -como debe ser- en cazuela de cobre y a la vista del comensal. Después, unas irreprochables gambas blancas de Huelva dan paso a un arroz de pollo de corral y setas que sin ser de los más solicitados por la clientela es probablemente de los más sabrosos.


Lo dicho, parafraseando a Joaquín Sabina "emociones fuertes buscarlas en otros lugares". Visitar cualquiera de los restaurantes del Grupo Oter es volver a confirmar las expectativas que uno tiene depositadas en el Grupo. Ah, y algo no tan habitual, magnífico servicio de sala de esos que están pendientes en todo momento sin ser advertidos. 

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