En este universo de sitios parecidos y cartas idénticas encontrar propuestas diferentes es difícil, pero a la vez enormemente reconfortante. Tengo que reconocer que llegué a Oceánika sin demasiadas expectativas, convencido de que iba a probar un restaurante peruano más (lo cual ya me parecía interesante; la cocina peruana me entusiasma), pero -como se titula el post- nada resultó lo que a priori parecía...
Reconozco que no tuve ocasión de conocer aquel restaurante llamado La Panamericana del que las críticas eran más que buenas, pero Oceánika puede considerarse la secuela de aquella Panamericana; por un lado porque ocupa el mismo espacio en la calle Antonio Pérez y por otro porque tanto Carlos Pérez y Filomena Grudeski , camareros de aquella Panamericana , son los actuales impulsores de este nuevo Oceánika donde es fácil disfrutar a un precio imbatible.
Llegado a este punto uno se plantea si desvelar pormenorizadamente cada plato o callar y pasar de puntillas sobre ellos. Creo que lo mejor será dibujar algunas pinceladas sin entrar en los detalles ya que podría perderse gran parte de la permanente sorpresa que supone sentarse en las mesas de Oceánika. No desvelaremos mucho, pero vayan preparados para todo (o para casi todo...).
Seguramente comenzarán su comida o cena como habitualmente suelen terminarlas, con el café. Probablemente terminarán con sushi (y permítanme, pero casi les aseguro que Carlos les dará "un par de hostias" de lo más dulce...) En medio habrá sorpresas encadenadas, trampantojos, platos que parecen pero..., propuestas originales, trasgresoras, diferentes, todas ellas perfectamente hilvanadas para que la experiencia vaya cogiendo cuerpo a lo largo de la comida e inevitablemente se salga de Oceánika con el firme propósito de volver muy pronto.
El trabajo de Carlos Pérez -a caballo entre un showman y un cocinero cuando menos atípico que en varios momentos me recordó a mi admirado Fernando Limón de La Sopa Boba de Alpedrete (por favor no dejen de conocer ese impresionante restaurante)- es fundamental en la experiencia que Oceánika propone.
Por si faltara algo, en
las noches de verano tendrán un menú degustación por 25 euros que incluye:
CHURROS CON CHOCOLATE Falsos churros de harina de maíz
con judías negras
TEMAKI A LA MEXICANA Cazón en adobo rebozado en harina de
garbanzo
Ceviche de salmón
LOMO SALTADO Plato típico de la gastronomía de Perú
presentado en un molcajete
FALSOS NIGUIRIS DE ARROZ CON LECHE
Obleas con dulce de leche
Incluye copa de vino, cerveza, agua o refresco
Cóctel Michelada Oceanika
Poco más que decir. Uno de los restaurantes más sorprendentes y divertidos de los últimos meses. El precio medio, a la carta también sobre sobre los 25 euros, es sin duda el espaldarazo a la obligada visita. Por tan poco dinero es difícil pasárselo tan bien y comer tan rico.
0 comentarios: