Fuego, la técnica ancestral del siglo XXI

Fuego es el segundo proyecto dentro del grupo Los 4 elementos de Erika Feldman e Ignacio González-Haba. Si hace poco os hablaba de Aire leer post sobre Restaurante Aire )   hoy continuamos por Fuego. Así como en Aire el hilo conductor de su carta es la volatería , en Fuego es precisamente el humo y el propio fuego los que marcan el iter de su propuesta. Es evidente que nos remontamos casi al paleolítico de la cocina. Tras una primera época en la que el ser humano comía únicamente crudos, el descubrimiento del fuego originó sin ninguna duda el mayor hito en la gastronomía; todo lo que hasta ese momento únicamente podía comerse tal cual lo ofrecía la naturaleza, adquiría nuevas posibilidades de consumo. Es por ello una verdadera revolución lo que supuso en la gastronomía dicho descubrimiento. Pues el restaurante Fuego parte de algo tan básico para convertir su propuesta en algo paradójicamente diferente e innovador.


El local en el que se ubica Fuego es pequeño pero tremendamente acogedor. Con la apariencia de una casa decimonónica de la campiña francesa, la mano de Ignacio González-Haba -arquitecto de profesión- y de Federica Barbaranelli (Federica & Co) se deja ver en cada uno de los detalles. Su terraza, a punto de inaugurarse, sin duda va a convertirse en una de las más bonitas de Madrid, con  aspecto de cenador victoriano y situada en un privilegiado espacio. 


Los pilares de Fuego se basan en un horno, una parrilla y un ahumador que son los que de una u otra forma van a dar sentido a cada una de sus creaciones. Con esos elementos, a priori "tan poco tecnológicos", Fuego construye una propuesta que sorprende por su originalidad y por la lógica de su planteamiento. Quien haya leído hasta este punto y no haya visitado Fuego corre el riesgo de pensar lo que parecería obvio, "Fuego es un restaurante de parrilla donde el grueso se centra en pescados y carnes a la parrilla". Nada más lejos de la realidad.


Platos tan únicos como ese que Hierro llama "el plato del pescador" y en el que tras ahumar un carabinero sirve el mismo sobre una base de ajoblanco y un granizado de amontillado, tan inimaginables como una tortilla de patata con txangurro servida en el propio caparazón del centollo, tan rotundos como un pescado fresco cocinado a la brasa envuelto en hoja de cedro con liliáceas y dashi de faisana son solo ejemplos de una cocina que por un lado roza con el primitivismo más radical en cuanto a las técnicas y por el otro con la genialidad manifiesta de quien simplemente disfruta creando y cocinando y lo hace brillantemente.


El proyecto de Erika Feldman e Ignacio González-Haba  con la incorporación al grupo Los 4 Elementos de Gonzalo Hierro adquiere una dimensión muy prometedora por lo innovador del proyecto. Ante una falta  preocupante de originalidad y creatividad en las cartas de tantos restaurantes cada vez  más saturadas de baos, tacos y ceviches (se salvan unos pocos realmente excepcionales, pero la gran mayoría son insultantes), sus proyectos actuales plasmados tanto en Aire como en Fuego, demuestran cómo se puede ser innovador recurriendo a algo tan elemental como las técnicas más ancentrales, como a menudo lo más simple termina resultando lo más brillante, como siempre la originalidad más irreverente reside en algo tan sencillo como volver al origen.





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