Es verdad que en esta época de constantes aperturas, de cocina internacional, de fusión , de cocina creativa... muchas veces el volver a lo clásico es casi obligatorio. A mí -sin ir más lejos- que me confieso un apasionado de la gastronomía en su más amplio sentido también me encanta de vez en cuando recalar en una taberna y caña o vino en mano , degustar tranquilamente cocina de esa de siempre , de la que nunca defrauda.
El otro día tuve ocasión de conocer Ciro , una nueva taberna contemporánea que ocupa el lugar de lo que antaño fuera el restaurante vasco Lur Maitea . Ciro tiene el encanto de las tabernas de barrio de siempre. Su decoración, obra de Madrid in Love ha sabido recrear en un local moderno todo el encanto de las tabernas al uso.
En su carta raciones , medias raciones y formato de tapas que sirven tanto para un picoteo rápido en barra como para una comida mucho más reposada en sus mesas. Cocina clásica , limpia , honesta donde el producto ocupa un papel protagonista.
Encurtidos caseros , gildas , verduras navarras cohabitan en una carta sumamente interesante con platos como callos, caracoles o arroces. El día de nuestra visita tuvimos ocasión de probar entre otros platos ( todos de muy buen nivel) un magnífico arroz con morcilla , trigueros y setas de extraordinaria factura. Su ensaladilla también es obligatoria.
En cuanto a su bodega más de 25 referencias la mayoría de producciones limitadas procedentes de proyectos familiares incluyendo el vino que la familia del propietario de Ciro ( Senén Alcalde ) elabora en Madrid , Pago de Ritos.
En resumen , un local agradable con una cocina sorprendente en un concepto que jamás dejará de estar de moda. Muy recomendable.
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