Vaya por delante que este artículo lo escribe un madrileño actualmente afincado en Andalucía. Dos plazas complicadas, ignoro los motivos, para el mundo del cava.
Tengo
que reconocer, sin embargo, que personalmente a mí cada vez me interesa más
este “vino” (tengo mis reparos a la hora de calificarlo de vino, aunque
mientras escribo estas líneas me aferro a que, bien mirado, perfectamente
podría ser un vino con esa doble
fermentación que los convierte en espumosos al igual que el champagne en
Francia o el prosecco en Italia).
Llegamos
así al actual consejero delegado de la bodega, bisnieto de Pau Parellada, Michelle Gillieron Parellada de Naveran,
suizo de nacimiento pero que en 1984 se vino a vivir a la casa familiar en el
Alt Penedés con el objetivo de emprender el negocio de la elaboración de cavas
y vinos.
La
excelencia de sus productos comienza a tomar forma desde los propios racimos
que se cultivan con mimo y dedicación en sus 110 hectáreas de terreno; racimos
que se cultivan de la forma más natural y artesanal posible sin utilizar ningún
tipo de herbicida y de pesticida y que son la base de sus productos, vinos y
cavas cien por cien ecológicos. Ecología y artesanía que brotan desde el
origen. Y es que como decía aquel catalán de Reus llamado Antoni Gaudí, “originalidad es simplemente volver al
origen” y por desgracia, a menudo, se nos olvida.
Llegan
así, después de los artesanales procesos, a las mesas productos tan especiales
y únicos como sus cavas Perles Roses,
quizás la joya de la corona, elaborado con pinot noire y chardonnay y que ha
sido galardonado hasta en catorce ocasiones por la prestigiosa Guía Parker;
también el Perles Blanques y el Nature Vintage, cavas con una marcada
personalidad y vinos tan sorprendentes como el Clos Antonia (voignier) , el Manuela
( chardonnay ), el Clos dels Angels
( syrah) o el Clos del Pi ( cabernet
sauvignon, merlot y syrah ). Vinos y cavas cada uno con su metodología y peculiaridades,
pero con el nexo común del buen hacer de una bodega que cuida hasta el extremo
sus procesos deleitándose tanto del camino como del resultado final.
Probablemente ahí radique el secreto de su éxito.
Y
así, con una copa de Perles Blanques
en la mesa, llego al final de estas líneas absolutamente convencido de que si
aquel fraile llamado Dom Perignon, al que atribuyen el descubrimiento de
aquella segunda fermentación, estuviera probando este cava, se hubiera también,
como cuentan que hizo, apresurado a llamar a sus hermanos al grito de “corred, venid, estoy bebiendo estrellas”.
Puedes adquirir sus vinos y cavas en Bodegas Naverán
0 comentarios: