Bichopalo, buenas sensaciones en el mercado de Barceló

 Tuvimos ocasión recientemente de conocer Bichopalo, más que un restaurante, un pequeño puesto en el que se sirven comidas situado en el céntrico mercado de Barceló. Últimamente se ha generalizado algo que hasta hace unos años resultaba impensable, comer en el puesto de un mercado tradicional y cierto es que se encuentran opciones francamente interesantes bajo dicho concepto.



Bichopalo es uno de esos puestos, en los que bajo la batuta de un joven (aunque sobradamente preparado) cocinero como es Daniel Pozuelo (y de su hermano Guillermo que atiende con diligencia y profesionalidad las mesas, o mejor dicho, la barra) se propone un concepto gastronómico ágil y divertido en el que a través de un menú degustación se acaba conquistando el paladar del comensal.




Pozuelo (con experiencia en Arzak, Dstage, Alboroque o el Casino de Paco Roncero) utiliza productos honestos y sencillos conseguidos en la mayoría en los diferentes puestos del propio mercado y confecciona con ellos una suerte de platos en los que la inteligencia y el sentido común son evidentes desde el primer momento. Dosis de creatividad si perder la cabeza, equilibrio, contraste de sabores y texturas conforman un menú degustación que convence de principio a fin y que seguramente en un local más formal ganaría muchos enteros.




Comienza el mismo con un muy correcto foie curado en sal y Palo Cortado que se acompaña de un refrescante sorbete de apio y manzana para continuar con un magnífico ajoblanco de coco con albahaca y te matcha. Sensacional. 

La versión de los huevos rotos de Pozuelo utiliza junto a un huevo poché salsa de setas y tierra de setas. Plato muy logrado en que uno no se cansa de comer pan y de disfrutar. Continuamos con una dorada en tempura que se acompaña de un mojo canario-japonés elaborado con pasta de miso y sake. En el capítulo cárnico, carrillera a baja temperatura con toque de brasa, salsa cantonesa y hoja de capuchina, otro plato más que aceptable que vuelve a rubricar el magnífico nivel de cocina que hay detrás de cada pase.




Concluimos igual de bien que comenzamos con un melocotón a la brasa con helado de brioche, torrija de curry y trufa rallada.Interesante.




Lo dicho, si Bichopalo fuera un restaurante al uso en lugar de un puesto de mercado con seguridad las sensaciones serían mucho mejores. En cualquier caso no queda duda tras visitarlo que Daniel Pozuelo realiza una magnífica labor y que es obligatorio seguir su evolución. Enhorabuena.

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