Zielou, nuevo concepto para los nuevos tiempos

 El espacio gastronómico y de ocio Zielou, ubicado en el ático de la estación de Chamartín, ha aprovechado los arduos meses de confinamiento y postconfinamiento para dar una vuelta de tuerca a su propuesta, centrada en la etapa previa al Covid-19 más en las copas y la coctelería que en la gastronomía propiamente dicha.



Durante estos meses se ha redecorado el espacio dándole un aire elegante y vanguardista con claras influencias cosmopolitas que trasladan rápidamente al visitante a un espacio diferente y acogedor en el que es fácil sentirse bien.




El nuevo Zielou llega con un espíritu en el que quiere reivindicar por encima de todo su lado gastronómico, ese que quizá hasta ahora, estaba más oculto y centrar su oferta precisamente en la cocina, sin desdeñar por ello la coctelería de autor y la copa posterior a la cena, ya que el ambiente creado invita evidentemente a ello.


Para la renovación del concepto se ha optado por incorporar al proyecto al chef Kisko Sanchís que propone una carta amena e interesante en la que los guiños internacionales sobrevuelan la gran mayoría de sus platos. 

Así a un gazpacho cremoso de cereza al que se le podría sacar más partido, sigue un estupendo ceviche de corvina  en el que en lugar de cilantro se potencia el plato con un caldo de mejillón gallego con ají amarillo que lo convierte en diferente y original.


Correcto el sashimi de vieira gallega aunque quizá demasiado invadido por la pasta de trufa y boletus que lo acompaña. Sobresalientes el tiradito de lubina "versión coreana" que se acompaña con puré de boniato dulce, kimchi picante y soja, así como el tarantelo de atún rojo con huevo poché y crujiente de plátano macho, sin duda los dos mejores platos que tuvimos ocasión de probar en nuestra reciente visita. Correcto igualmente un trufón de rabo de toro y carrillera que se acompaña de una parmentier de patata trufada.



Como postre probamos un "coco caribeño" consistente en una corteza de chcolate Grand Cru, masa de coco llevada a una bavaroise y granizado del propio agua del coco. Muy rico.


Cocina en resumen que apunta bien y a la que quizá le falta algo de rodaje, algo lógico ya que está dando sus primeros pasos, pero que sin duda, con mínimos ajustes puede posicionarse en un nivel más que óptimo.

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