Inaugurado en el verano de 2018, Sa Brisa Madrid es la secuela del proyecto que Esther
Bonet y Pere Vendrell pusieran en marcha allá por 2013 en la isla pitiusa. Sa Brisa Madrid exporta la cultura
gastronómica ibicenca a la capital para compartir la gran variedad y calidad de
los productos autóctonos que, de nuevo, protagonizan su carta.
Para
la decoración, el equipo de Sa Brisa ha confiado en Proyecto Singular para
recrear un espacio con alma mediterránea, pero de marcado carácter urbano.
Dividido en dos salas, una de ellas se abre al patio interior ajardinado, evocando
un ambiente más hogareño mientras que, la sala interior, recrea un ambiente más
urbano.
En su propuesta gastronómica es fácil vislumbrar el empeño por dar a conocer la gran
riqueza de materias primas y biodiversidad de la isla. Su chef ejecutivo, Gonzalo
Aragüez, se ha ocupado de ello, manteniendo en la nueva carta los platos más
representativos de Sa Brisa Ibiza, como la delicatesen de porc negre autóctono
(papada), las croquetas de bullit de peix con raya (un guiso ibicenco de pescado)
o las empanadas rellenas de sofrito payés.
Sin embargo en la carta hay evidentes influencias mexicanas, peruanas o asiáticas derivadas de la experiencia profesional de Aragüez en dichos territorios. Prueba de ello son platos como ceviche
de sirvia con maracuyá; los churros de yuca o en el hot dog de calamar
acompañado de kimchi, mayonesa de lima y katsuobushi.
Recientemente Sa Brisa Madrid ha renovado su carta incorporando nuevas creaciones como el dúo de hamburguesas de wagyu caseras que se sirven en un pan
brioche artesano de Panem y mayonesa de demiglace o la tabla de
quesos baleares servida sobre una tabla de madera artesanal -diseñada a medida para el
restaurante- con queso de cabra de Ibiza, de vaca de Menorca y de oveja de
Mallorca que se
acompaña de la mermelada de higos ibicencos y crujiente de algas marinas.
Un concepto diferente y ameno que se aparta de la rutinaria oferta gastronómica.
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