Corría el año 1854 cuando La Carmencita abría sus puertas en la calle Libertad de Madrid. Mucho ha llovido desde entonces en todos los sentidos, pero más de siglo y medio después parece haber cosas que no han cambiado tanto.
La Carmencita original fue testigo de reuniones de intelectuales e importantes figuras de la época. Allí solían reunirse miembros de la generación del 27 en animadas tertulias y en esa misma barra de madera y estaño que hoy preside la entrada, era frecuente ver a Pablo Neruda degustando el vermut, seguramente muy parecido al que hoy siguen sirviendo en la renovada taberna.
Y es que en 2013 el empresario cántabro Carlos Zamora ( Grupo De Luz ), vovlía a abrir La Carmencita respetando en todo lo posible su espíritu original. Azulejos, mesas de madera, vajillas de loza centenarias... sirven de escenario para una sugerente carta que rememora las casas de comidas más tradicionales en las que lo fundamental es el producto y esa cocina de mimo y chup chup que parece volver a imponerse con toda su fuerza.
Para ello La Carmencita se nutre de pequeños productores , productos de huerta ecológicos ( extraordinarias sus verduras de La Traílla ), vinos orgánicos, vermuts caseros que acompañan a una propuesta gastronómica en la que manda la tradición y esos platos que todos tenemos en nuestra memoria y que no es fácil encontrar en la cambiante oferta madrileña dominada por la tendencia y las cartas prácticamente iguales.
Sensacionales sus rabas -al más puro estilo cántabro-, magníficos sus macarrones (gratinados con una delicada bechamel cremosa de chorizo), extraordinarios sus huevos fritos "de gallinas felices" con diferentes acompañamientos, exquisitas sus albóndigas de ternera, sabroso y meloso su rabo de toro... en la carta de La Carmencita hay poco espacio para la sorpresa y el artificio, dominando la misma sabores de siempre que reproducen a la perfección.
Como añadido, hasta el próximo 30 de abril La Carmencita ofrece ‘LETRAS Y OLLAS: EL QUIJOTE EN LA
CARMENCITA’ , unas jornadas gastronómicas en
homenaje a la cocina de El Quijote. Durante todo el mes se podrá disfrutar de una mini carta de platos compuesta por sopa de matahambre (13 €),
cordero a la calderetilla (24 €), duelos y quebrantos (22 €) y torrijas (7 €). Platos que son una pequeña muestra de lo que se comía en la
España del siglo XVII y que han llegado hasta nuestros días, entre otros
testimonios, gracias a la célebre novela de Miguel de Cervantes.
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