NORMANDIE ONDARRETA, QUIEN TUVO, RETUVO

Al final en la vida la experiencia es un grado y no cabe duda que en gastronomía el saber hacer durante décadas tiene su resultado. En una época en la que la hostelería se mueve por grupos en los que se manejan las cifras astronómicas y el interés crematístico sobrevuela sobre el de la buena mesa, es bueno de vez en cuando recalar en los sitios de siempre, en esos clásicos que -por encima de modas- siguen haciendo a la perfección lo que siempre han sabido hacer.


Normandie es el restaurante señera de Ondarreta, una empresa familiar que lleva décadas ofreciendo una propuesta honesta y sincera en la que el buen producto, la cocina de mercado, la atención personalizada y la sala ejercida con profesionalidad son constantes.

El caserón de estilo normando que lleva tanto tiempo "vigilando" la carretera de Burgos mantiene todo su encanto y esplendor. Sus salones, elegantes y acogedores con sus chimeneas crepitantes son el escenario perfecto para las frías sobremesas del invierno; su porche acristalado, para esos días de otoño y primavera en las que se quiere, pero no se puede y su terraza al aire libre, un remanso de paz y desconexión en las calurosas noches del largo estío madrileño.



En su carta poco espacio para el plato de moda y mucha receta clásica, imperecedera, canónica; puntos acertados y fondos cuidados que originan esas recetas que por desgracia desaparecen de las cartas. Platos de inspiración vasco francesa que encuentran en Normandie el acomodo perfecto para su pervivencia. Sopa de cebolla, caracoles, ancas de rana, steak tartare (mucho antes de que se pusiera de moda), solomillo Wellington, crepes suzette... platos que lamentablemente muchos jóvenes actualmente ni siquiera han escuchado. 

Ahora que tanto se habla de la vuelta a la cocina clásica, de los sabores de siempre y de la recuperación (por fin) de la sala, Normandie es un claro ejemplo de esos valores y ese saber hacer que durante tiempo desapareció. Verdad que es un placer ver cómo terminan un steak tartare ante el comensal? Algo más cautivador que asistir a la ejecución y flambeado de las crepes suzette? Pues no se engañen, no son cosas inalcanzables. Por los 40-45 euros que les va a costar comer en cualquier sitio de postureo, tienen en Normandie todo eso al alcance de su mano. Si no lo conocen, vayan. Si lo conocen, seguro que son adeptos a este tipo de restaurantes.




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