TRES POR CUATRO, COMER DE LUJO EN UN PEQUEÑO MERCADO


Tres por Cuatro es como se llama un pequeño ¿restaurante?, ¿puesto? …, llámenlo “X” que situado dentro del madrileño mercado de Torrijos está haciendo su hueco en  el tumultuoso panorama gastronómico.


Allí, un jovencísimo cocinero, Alex Marugán, en una diminuta cocina y con una infraestructura mínima, ejecuta una cocina a un nivel sobresaliente de principio a fin. Seguramente me acusarán de que en muchas ocasiones les hablo de restaurantes inaccesibles para muchos bolsillos. Hoy les propongo comer a un nivel dignísimo por poco más de 25 euros.


Olvídense del postureo, de fuegos artificiales y de puestas en escena psicodélicas y simplemente disfruten de una carta no demasiada amplia, pero en la que cada plato está elaborado con producto de primera (algunos adquiridos en el propio mercado; otros no, me cuenta Alex), con un evidente “saber hacer” y con mucho cariño. Cocina de esa de “chup chup chup”, de cocciones lentas, de sabor y de la consiguiente satisfacción.


En nuestra reciente visita comenzamos con un aperitivo de patatas bravas versionadas en las que la salsa brava recuerda al mojo canario. Impecable punto de picante y comienzo magnífico. Llegan después a la mesa unos originales tacos de pintada y huitlacoche (hongo del maíz muy utilizado en la cocina mexicana); resultones y divertidos.

Continuamos poco a poco desgranando platos de su corta pero interesante carta. Una estupenda menestra de verduras de primavera con yema de huevo de corral da paso a una sabrosa rossejat de raya que se acompaña de alioli y sobrasada. Perfecto ese contraste en boca que confirma el nivel de cada plato.


Probamos una versión del tradicional marmitako, una convincente ventresca de pez espada con tallarines de pepino y naranja y crema de zanahoria, unas conseguidísimas lentejas escabechadas que se acompañan de pechuga de pata azulona y llegamos a unos soberbios callos con pata y morro que pueden estar entre los mejores que últimamente hemos probado en Madrid.


Una sensacional carta de queso siguiendo la receta de Clara P. Villalón pone el broche de oro a un verdadero festival gastronómico. No olviden el nombre de Alex Marugán porque a buen seguro su recorrido tiene mucho que decir. Interesante será seguir su evolución. Entre tanto, no lo duden, vayan.




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