Hace
ya un par de años que los hermanos Sergio y Roberto Hernández abandonaron La
Chusquery en el barrio de La Latina para crear Latasia en el paseo de la
Castellana. Cocina imaginativa con bastante fusión sobre todo con Sudamérica y
el sudeste asiático. Tras el éxito obtenido con Latasia, hace seis meses
decidieron crear un nuevo restaurante en la zona del Campo de las Naciones. Así
nace Taramara, un concepto que a priori los hermanos Hernández proyectaban
diferente a Latasia, pero en el que el paso de los meses ha provocado que
muchos clientes de Latasia hayan recalado en sus mesas buscando esa misma
cocina viajera. En sus meses de existencia la carta de Taramara se ha ido
aproximando a la de Latasia, lo cual desde mi punto de vista me parece un
acierto.
En
su propuesta, opciones interesantes, platos de contrastes, de guiños evidentes
a diferentes cocinas y sabores que resultan plenamente convincentes.
Llega
así a la mesa dos de los platos estrella de Latasia, su ensaladilla rusa en una
vertiente más tradicional y un fantástico ceviche de corvina que se acompaña de
maíz cancha y de un puré de camote (tubérculo de sabor dulce). Seguimos con un
magnífico tartar de zamburiñas con aliño thai, fresco y cítrico, con notas de
chili dulce y uvas de mar.
Entre
los principales nos decantamos por la raya con curry rojo y berberechos y un
muy correcto taco de bellota puro al carbón con tikka masala y arroz chaufa. Lo
dicho, abundancia de contrastes y texturas que provocan sabores convincentes y
creaciones redondas.
Local
amplio y luminoso del que el estudio de interiorismo Lab Matic ha sacado el
máximo provecho. La zona central que recibe al comensal está presidida por una
amplia barra que cuenta con una carta de raciones y medias raciones muy
pensadas para ser compartidas. A un lado, el salón principal, decorado con
muebles originales de los años sesenta, una chimenea y madera de nogal tipo
club privado; al otro, un tercer espacio más íntimo, con vistas a la cocina
abierta. Interesante y recomendable.
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