Hace
poco más de un mes que ha abierto sus puertas en Madrid Cantina Roo. Jugando
con el nombre del estado de Quintana Roo, Cantina fusiona la cocina mexicana
con producto mediterráneo.
Al
frente del proyecto Óscar Polanco,
fotógrafo mexicano y apasionado de la gastronomía mexicana que cumple con
Cantina el sueño de tener su propio restaurante. Para la consecución de ese
sueño nada mejor que incorporar al mismo a Guillermo
Ortega que tras iniciarse en este mundo en el mítico Currito de la Casa de
Campo pasó tres años trabajando codo con codo junto a Óscar Velasco tanto en
Santceloni como en algunos de los desplazamientos para los que Santceloni fue
contratado en Londres o Pekín.
Para
dar forma a Cantina, Polanco y Ortega han pasado meses viajando por distintas
zonas de México visitando mercados, puestos callejeros, restaurantes y
empapándose de las últimas tendencias en la gastronomía de aquel país.
El
local que ocupa Cantina Roo ha sido decorado por Juan Castro y en el mismo prevalecen materiales industriales,
azulejos y unos llamativos murales que adornan las paredes y que son obra del
grafista Juan Múgica y en los que
partiendo de la tradición mexicana de los exvotos se representan escenas de la
vida cotidiana buscando las vertientes más divertidas y surrealistas. El
resultado es un agradable local con un toque canalla en el que es fácil
sentirse cómodo desde que se entra y que se divide en zona de barra con una
carta específica de raciones y comedor.
Gastronómicamente
Cantina Roo combina los contrastes de los sabores populares mexicanos (ácido,
picante o dulce) con un inmejorable producto mediterráneo. “Buscamos una cocina sencilla pero sofisticada a la vez; partimos de
la cocina tradicional mexicana y su fusión con la mediterránea, pero proponemos
una cocina moderna, contemporánea e innovadora como la que están practicando
los grandes restaurantes en México”, asegura Ortega que resuelve platos de
impecable factura y de magnífico nivel.
Resultón
un gambón en tempura, con lechuga Batavia y mayonesa de chipotle; sabrosos y
equilibrados el taco pastor, así como uno más original con cochinillo;
estupendo el ravioli de huitlacoche (se denomina así al hongo que produce la
planta de maíz) y convincente la tosa de pato con Oporto y calabaza. Mención
aparte unos sensacionales callos pibil con cilantro y cebolla encurtida de
magnífico sabor. Apúntelo en su agenda que van a divertirse.
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