Cierto es que la influencia asiática lleva años, décadas casi, triunfando en Madrid. Son los efectos de una globalización que ha provocado que eso que se denomina "aldea global" haya devenido en "cocina global". Cualquier amante de la buena mesa elige actualmente diferentes tipos de cocina según su estado de ánimo o simplemente según sus apetencias en cada momento.
Esto evidentemente ha provocado una especialización en cada tipo de cocina. Lo que antes era "cocina asiática" va concretándose y definiéndose cada vez de forma más acentuada. La semana pasada hemos tenido ocasión de conocer The One, un restaurante centrado en la gastronomía típica de Hong Kong. Hong
Kong, tradicionalmente un pueblo de pescadores, comenzó a ganar importancia
mundial bajo el poder británico, colonización que duró de 1841 a 1997. Así, se convirtió en un paso importante de europeos
y su cocina se vio muy influida por la del Viejo Continente.
Sus propietario Dave Cheng, chef de The One, y su
mujer Xiang Xu, copropietaria y jefa de sala , parten del principio de que “la comida es la mejor manera de
entender otras culturas”. Con The One tratan de mostrar al público madrileño otras técnicas de cocina distintas a las que se emplean en los restaurantes
chinos de la capital. Añaden de igual forma que, “aunque en Hong Kong el ritmo de
vida y los espacios no son los más óptimos para llevar una vida saludable”, lo
cierto es que esta región se encuentra en
el top del ranking mundial en cuanto a esperanza
de vida. Y en este punto, sin lugar a dudas, el principal agente es la alimentación: una comida saludable,
realizada con mucho mimo y al momento, baja en grasas y elaborada con productos
frescos y de primera calidad.
The One apuesta por una materia
prima comprada en el día en la que el uso del congelador está vetado y por salsas
y aderezos propios elaborados de manera artesanal inspirándose en recetas de
Hong Kong, aunque con un toque de autor.
La carta de The One es un fiel reflejo de ese crisol de influencias que es Hong Kong como ciudad y que inevitablemente se traslada a su gastronomía. Así podemos encontrar desde cocochas de bacalao (rebozadas en fécula de patata) con
salsa agridulce o el solomillo de ternera con salsa de pimienta a platos mucho más esperados como el pato laqueado
o los rollitos (enrollados al momento siguiendo la receta tradicional
que únicamente lleva verduras).
Sorprendente y diferente, con una gastronomía que se disfruta de principio a fin en elaboraciones delicadas en las que predominan las salsas aromáticas y en las que el picante prácticamente se destierra. Merece mucho la pena.
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