Primero fue Cepa 21, una bodega que, aunque también adscrita a la D.O. Ribera del Duero, apostaba por un perfil de vino mucho más moderno, arriesgado y complejo. Ahora Emilio Moro, encabezada por la tercera generación de una saga de bodegueros comprometidos con la calidad, se lanza a la elaboración de su primer vino blanco en una zona hasta ahora más conocida por sus tintos de Mencía pero con mucho potencial para dar a luz grandes blancos, distintos y muy sorprendentes.


Por el momento Bodegas Emilio Moro ha elaborado 16.000 kilos de la variedad Godello berciano procedente de la añada 2016 y de distintos suelos con el fin de adquirir conocimiento de la zona del Bierzo y sus viñedos y, pese a que éste no ha sido el mejor año por las condiciones de la vendimia, las primeras catas sobre barrica han obtenido buen resultado. Según José Moro, presidente de la bodega, “el objetivo ahora mismo es trabajar el perfil aromático de la uva Godello y conocer todas sus variables”.

Este proyecto nace con el reto de añadir un blanco de calidad a la gama ya conocida de sus tintos Emilio Moro y Cepa 21. “Pretendemos elaborar un vino fino, elegante, con grasa, cuerpo y capacidad de envejecimiento”, explica Jose Moro, representante de la tercera generación de la familia Moro para la cual esta supone su primera experiencia fuera de la Ribera del Duero. Y añade: “queremos encontrar el vino que buscamos y una vez lo hagamos nos plantearemos su lanzamiento al mercado”.


El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, D. Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este a su vez lo transmitió a sus hijos.  Tras tres generaciones, José y Javier Moro se hacen cargo de la bodega que actualmente posee unas 200 hectáreas de viñedo propio, plantadas e injertadas con un excelente clon de tempranillo recuperado de sus viñas más viejas, y algunos de sus pagos más conocidos son Resalso), plantado el año en que nació Emilio Moro (1932), con suelos profundos y frescos; Valderramiro, con los vasos más antiguos de la bodega y la cuna de su gran vino de pago, Malleolus de Valderramiro; Sancho Martín, con unas excelentes condiciones de maduración, ofrece vinos tánicos y de marcada acidez, ideales para la crianza; y Camino Viejo, donde nace Malleolus. La familia Moro además posee la bodega Cepa 21 (también en la Ribera del Duero) que engloba las referencias Hito, Hito Rosado, Cepa 21 y el vino de pago Malabrigo.



0 comentarios:

INSTAGRAM