Floren Domezain es indiscutiblemente el "rey de las verduras". Después de sus años encargado del huerto urbano que el hotel Wellington esconde en su azotea , Floren decidió junto con su mujer , Mercedes Lázaro, hace poco más de un año abrir su propio restaurante y así , en la calle Castelló en el local que antaño ocupara el restaurante Castelló, 9 inaguró un restaurante donde reina la mejor verdura, pero no sólo eso.
El local es amplio y tras un escaparate y una pequeña terraza adornada por un vivero de lechugas con riego hidropónico , el espacio se divide en una barra muy al estilo vasco o navarro con abundantes raciones y pinchos donde perfectamente se puede resolver una comida o cena y por otro lado, un amplio y acogedor comedor con una decoración elegante y acogedora obra de la decoradora tudelana Rosa García.
La carta del restaurante es amplia y en ella las verduras ocupan un lugar fundamental. La mayoría de ellas provienen de los huertos que el propio Floren posee tanto en Tudela como en Arguedas. Evidentemente , no podía ser de otra forma, se apuesta por el producto de temporada por lo que en cada momento se puede optar por las verduras más acordes con la estacionalidad con la absoluta seguridad de que serán seguramente las mejores que puedan consumirse en Madrid.
Fantásticos los espárragos naturales acompañados con un huevo poché y foie , magníficas sus cebollas tiernas asadas y sensacional el famoso "tomate de Floren" , ese tomate llamado feo de Tudela y que en Floren Domezáin sirven acompañado exclusivamente de un ligero toque de aceite de oliva y sal de tinta de calamar. Simplemente brutal.
Los segundos platos se resuelven con una serie de recetas de esas que gustan a casi todo el mundo. Maravilloso su bacalao al pil pil , de los mejores que hemos probado en Madrid , carnes y pescados de nivel y un par de platos que merece la pena reseñar. Por un lado su txangurro de buey de mar , receta en esta ocasión de Eva Olaizola y de su Beko Errota de Hondarribia. Por otro un impresionante plato a base de conejo , pimientos de cristal y caracoles; toda una explosión de texturas y sabores que hacen que se quede como uno de esos platos que uno guarda en su mente eternamente.
Comer en Floren Domezain es la mejor forma de convencerse de que una buena verdura nada tiene que envidiar a ningún manjar. Prueben y me darán la razón.
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