Lo de la calle Ponzano es digno de estudio. Cada vez que pasas por ella te encuentras nuevas aperturas y aunque siempre da la sensación de que ya no cabe nada más, la verdad es que siguen abriendo bares y restaurantes sin parar. El fenómeno ponzaning , como se denomina en redes sociales es realmente imparable.
Pues bien, el otro día y en compañía de mi buena amiga Chefi de La Chica de la Ciudad, tuve ocasión de volver a comer ( había estado en las primeras semanas ) en Toque de Sal , un pequeño restaurante con un encanto especial y en el que la verdad la relación calidad precio ( esa famosa RCP que siempre hay que tener en cuenta en gastronomía ) es fantástica.
Con aire de bistró parisino y una decoración de esas que llaman la atención desde que entras (obra de Abracadabra Store , estudio de Bruno Oliver Bultó y Mercedes Bohórquez Domecq ), Toque de Sal se posiciona como uno de esos restaurantes a los que apetece volver. Fórmula sencilla , comida rica , decoración que te hace sentirte bien y buen ambiente son mimbres para que la comida o cena en Toque de Sal resulte siempre satisfactoria.
Al mando de sus fogones Mercedes y José María ejecutan una carta sencilla pero muy bien estructurada , con recetas apetecibles centradas en la cocina mediterránea y con platos de muy buena factura. Imprescindibles sus chupa chups de codorniz son salsa Pekín , estupenda su ensalada de perdiz en escabeche y estupendos sus mejillones a la belga acompañados de unas estupendas patatas fritas caseras.
Tuvimos también ocasión de probar su roast beef y al igual que el resto de los platos , nivel y calidad. Postres variados y una tarta fina de manzana simplemente perfecta.
En fin, uno de esos sitios de los que uno sale satisfecho, con ganas de repetir y con la sensación de que por ese precio nada más (ni nada menos) se puede pedir a un restaurante. ¡Chapeau!
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