España es sin duda el país del sur de Europa con más tradición y cultura cervecera, algo que unido a la riqueza y diversidad cultural se traduce en muchas formas distintas de pedir una cerveza en función de la región en la que estemos. “Una caña” es seguramente el modo más extendido de pedir una cerveza en cualquiera de los 270.000 establecimientos de hostelería que hay en España, pero existe todo un glosario de términos para concretar a qué nos estamos refiriendo. Los expertos cerveceros de HEINEKEN España, que elaboran cervezas como Heineken®, Cruzcampo, Amstel y El Águila, comentan las formas más curiosas y opinan sobre cuál es el formato de los formatos.
La cantidad de cerveza o el vaso utilizado es normalmente lo que determina el nombre. Así, podemos pedir un ‘zurito’ si estamos en País Vasco, un ‘corto’ si estamos en Galicia, Castilla y León o La Rioja o un ‘penalti’ en Aragón. Todos ellos corresponden con la menor cantidad de cerveza, equivalente a 100-140 ml, que se bebe en pocos tragos y no se calienta. “Es la ideal para hacer una rutita por la ciudad, visitando varios bares y probando diferentes tapas”, explica el gallego Jorge Varela, maestro cervecero de Cruzcampo en La Fábrica de Cruzcampo en Málaga.
La medida de 200 ml sería la que más consenso tiene. Una ‘caña’ (si es de barril) o un ‘quinto’ o un ‘botellín’ (si es en botella) se entiende en casi cualquier parte del mapa. También podemos escuchar un ‘botijo’ en parte de Madrid. “También pedir un cañón está cada vez más de moda, sobre todo en Andalucía” – explica Irene Pascual, maestra cervecera de Factoría Cruzcampo (Sevilla). “El vaso de cañón es una buena elección para ya que es muy ligero y ancho. Se sirve con una buena capa de espuma y permite disfrutar de todos los aromas sin apenas calentarse”, añade. Quizás por ser el área con mayor consumo de cerveza, en Andalucía también escucharemos una ‘cervecita’ o una ‘cortaíta’, casi siempre de Cruzcampo, para referirse a este mismo formato.
Los 330 ml de cerveza, tan popular como la anterior en algunas zonas de España, es la cantidad idónea para los que tienen pensado socializar con algo de tiempo. Su éxito seguramente se deba a que es la medida habitual de las botellas de cerveza en el canal hostelería, siendo frecuente pedir un ‘tercio’, un ‘botellín’ (según la zona es tercio o es quinto) o una ‘birra’. Si estamos en una barra de Cataluña escucharemos como piden una ‘mediana’ y en Asturias una ‘media’. Si la cerveza es servida en vaso, tendremos que pedir una ‘doble’ en Madrid o, cada vez de modo más habitual, en una ‘copa’ (tanto cerveza de barril como en botella). “Pese a que no gusta a todos, el vaso de tubo puede ser idóneo para disfrutar de cervezas tipo lager. Permite visualizar la limpieza de una cerveza rubia, fina y filtrada y la fuerza del carbónico ascendiendo hasta la capa de espuma. Lo malo sería que calentamos la cerveza con las manos, por lo que se exige un consumo rápido”, explica Jorge Varela.
Si la ocasión de consumo toma la categoría de acontecimiento, podremos pedir nuestra cerveza como una ‘jarra’, una ‘pinta’ o una ‘maceta’ (vaso de sidra, popular en Andalucía) y nos estaremos refiriendo a un recipiente de 500 ml. Si la apuesta es doble, de 1000 ml, estaremos tomando una ‘xibeca’ en Cataluña, un ‘katxi’ en el País Vasco, un ‘cachi’ o ‘cacharro’ en Castilla y León o Asturias, un ‘tanque’ en Cantabria o un ‘mini’ en Madrid. “Como maestro cervecero debería decir que cada cerveza debe servirse en su vaso y a la temperatura adecuada para favorecer la buena formación de espuma y la perfecta percepción de los aromas. Lo cierto es que la mejor forma de disfrutar una cerveza es la que cada uno elija en función del momento y sus preferencias, ya sea en vaso, copa o botella como en el caso de El Águila, donde en su versión Sin Filtrar, hay que darle la vuelta a la botella para despertar todo su sabor” explica Paco Ruiz, maestro cervecero de El Águila.
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