La Sucursal de Chamberí, el gastrobar que convence

Les hablo hoy de un lugar que he tenido ocasión de conocer recientemente y que, con una relación calidad precio totalmente imbatible, es uno de esos lugares que en muchas ocasiones me preguntan por privado, restaurantes donde por un precio de 25-30 euros puedas comer razonablemente bien. La Sucursal de Chamberí se ajusta perfectamente a dichas premisas.


Situado en la calle Sandoval junto a la madrileña calle de Fuencarral, La Sucursal de Chamberí es el proyecto hostelero de David Lobo y de su mujer, Clara Arburuas que tras algunos problemas tanto de salud como laborales, han decidido apostar por su vocación y abrir un local en el que básicamente las cosas se hagan bien y con cariño. Cuentan para ello en cocina con el apoyo de  Guillermo Martín Lusardi.


Con evidente buen producto que se refleja en cada una de las elaboraciones y una carta sencilla pero muy bien estructurada, La Sucursal ofrece una propuesta honesta con recetas convincentes y ejecuciones cuidadas. 


Magnífica su ensaladilla rusa, curiosa su versión de las patatas bravas (que realmente no son bravas pero que funcionan a la perfección) , irreprochable su escalivada con sardina ahumada y bastante agradable un pulpo al que quizá ayudaría un menor tiempo de cocción.


En lo que podrían ser segundos platos, aunque realmente la carta está pensada más para compartir, sobresale la hamburguesa de rabo de toro y un magnífico bocadillo de pastrami tan difícil de encontrar en Madrid. Postres de nivel con una estupenda tarta de cerveza Guiness.


Si contamos que los platos más caros rondan los 12 euros es fácil imaginar una estupenda relación precio calidad que lo convierten en uno de esos lugares fondo de armario en los que uno sabe que a disfrutar si que el bolsillo se resienta. Tomen nota, que merece la pena.

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