Iztac y su nueva carta de platillos tradicionales. Originalidad es volver al origen.

 El restaurante Iztac  cumplió antes del verano dos años desde que abriera sus puertas en el local que durante décadas fuera el primer restaurante mexicano que hubo en España, México Lindo. Nada tiene que ver la propuesta de ambos restaurantes, ya que México Lindo popularizó ese tipo de gastronomía tex-mex que a larga ha contribuido a prostituir el concepto de la auténtica cocina mexicana, que es precisamente el que Iztac reivindica. Su propietario y alma mater, Jorge Vázquez, quería ofrecer a los madrileños ese restaurante que a él le gustaría encontrar en México cuando visita su país.




Y es que la gastronomía mexicana poco o nada tiene que ver con fajitas, burritos y chupitos de tequila con sal y limón. Sería tanto como limitar la auténtica gastronomía española a paella y sangría. La gastronomía mexicana fue la primera gastronomía del mundo en ser declarada por la Unesco Patrimonio Invaluable de la Humanidad y ello por su riqueza y variedad de matices.


Al frente de los fogones de Iztac, el chef Juan Matías dirige un entregado equipo de cocina que propone una carta en la que vuelve a mostrarnos platos desconocidos para la gran mayoría, sorprendentes y que convencen por su contraste de sabores y su equilibrio.

En esta ocasión la carta que Matías propone se acerca a la cocina de las costas. No es habitual que en la carta de un restaurante mexicano al uso haya demasiados platos con ingredientes marítimos pero Iztac vuelve a marcar el paso y platea opciones tan sugerentes como el aguachile de camarones con recado negro (uno de los pocos platos que mantiene de su anterior carta), un sensacional aguachile verde de lubina, el taco estilo Rosarito y el taco de pescado maya, el bacalao a la veracruzana o un plato que personalmente me pareció sobresaliente, las gambas petroleras, gambones flameados en tequila, tinta de calamar, queso holandés y fritura de puerro.



Evidentemente hay carta más allá del mar y la nueva carta plantea recetas tan atractivas como los papadzules (tortillas de maíz con huevo duro, salsa de pipas de calabaza, chiltomate y epazote), el delicioso salpicón de ternera, el mogo mogo, el mole poblano, el pato con manchamantel o el galáctico taco árabe elaborado a base de carne de lagarto ibérico.

En el apartado de postres el nivel se mantiene con comodidad. Tartaleta de cajeta (dulce de leche de cabra), pan dulce mexicano con crema de vainilla y maracuyá, buñuelitos de leche quemada y vainilla y atención chocolateros del mundo, un adictivo espumoso de chocolate de metate con gelée de café de olla. Sensacional !!.

Amplia selección de cervezas mexicanas, coctelería de nivel (fundamental probar sus margaritas), vinos españoles y mexicanos, micheladas, mezcales y tequilas coronan la propuesta líquida.




En cuanto al espacio ya hemos hecho referencia a él en distintos artículos en este magazine. Al impresionante salón decorado por Lourdes Treviño ( FreeHand Arquitectura) con lienzos de Gabriel Moreno que representan la leyenda de Popo e Iztac y piezas de artesanía tradicional mexicana, acompaña una fantástica terraza practicable para poder ser utilizada en cualquier época del año. Iztac lo tiene todo para triunfar y convertirse en el restaurante de alta gastronomía mexicana en madrid. Sus llenos diarios así lo confirman.





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